¿Kubernetes o OpenShift? ¿Qué escoger? ¿Qué aporta uno que no haga el otro? En un contexto en el que las empresas se encuentran inmersas en pleno proceso de transformación digital, hay que darle al software la importancia que merece. Es por eso que a la hora de elegir, hay que tener muy claro qué ventajas puede aportar ese software. Quédate y te contamos qué aporta OpenShift sobre la base de Kubernetes, haciendo un análisis de ambas plataformas.
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La importancia del software
Como ya sabrás, la inmersión de las empresas en un proceso de transformación digital está a la orden del día. Y dentro de este proceso, una de las claves para revolucionar la empresa es el software. El software proporciona un valor añadido y un elemento diferencial esencial para posicionarse frente a la competencia. En este camino de transformación no podemos dejar de hablar de los microservicios y, en consecuencia, de los contenedores. Y dentro de este imaginario tenemos dos grandes protagonistas: Kubernetes y OpenShift, de Red Hat. Vamos a analizar ambas plataformas para ver qué pueden aportar a las organizaciones.
Microservicios y contenedores
Definimos microservicio como aquella arquitectura de software que desacopla las aplicaciones tradicionales, creando así unidades mucho más pequeñas. De este modo se consigue que la gestión y desarrollo de las mismas sea mucho más eficiente, dado que se hace de forma individual, facilitando el despliegue, la escalabilidad y la alta disponibilidad.
Por otro lado, los contenedores permiten empaquetar los servicios, haciéndolos portables entre distintos entornos (ya sea un ordenador, un entorno de des, test, cloud…)
Ambos conceptos encajan a la perfección y nos conducen rumbo a una arquitectura orientada a microservicios. Si quieres descubrir un poco más sobre el poder de la contenerización, no te pierdas este artículo.
Red Hat OpenShift es Kubernetes y mucho más
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Kubernetes, orquestador de contenedores
Con los microservicios y los contenedores como protagonistas, plataformas como Kubernetes empiezan a cobrar gran importancia. Las aplicaciones de producción real pueden implicar varios contenedores, sobre todo en una arquitectura de microservicios. Por tanto, varias aplicaciones supondrán cada vez más y más contenedores, que serán ejecutados en varios hosts. Es en este contexto en el que Kubernetes se presenta como una herramienta muy útil.
Kubernetes, orquestador de contenedores, ofrece la capacidad de organización y gestión necesaria para implementar contenedores a escala para estas cargas de trabajo. El sistema de organización de Kubernetes permite diseñar servicios de aplicaciones que abarcan varios contenedores, además de ampliarlos para escalar y gestionar su estado a lo largo del tiempo.
En la práctica, Kubernetes debe integrarse con un registry de imágenes de contenedor (a la red, al almacenamiento, a la seguridad…) para proporcionar una infraestructura de contenedores integral.
En un entorno productivo, Kubernetes necesita…
Así pues, en un entorno productivo real, Kubernetes necesita algunos complementos. Por sí misma, esta plataforma no es suficiente, pues necesita de un conjunto de elementos que no lleva integrados.
Configurar cada uno de estos elementos para que trabajen juntos, además de mantenerlos actualizados, es una tarea adicional a la carga de trabajo. También debemos tener en cuenta que estos complementos son proyectos o productos independientes a Kubernetes, con sus propias actualizaciones y ciclos de vida.
Red Hat OpenShift: Kubernetes y mucho más
Entonces, ¿qué puede aportar OpenShift que no haga Kubernetes? Como ya te hemos comentado anteriormente, Kubernetes es únicamente un orquestador de contenedores.
OpenShift, por otro lado, es mucho más. Red Hat OpenShift está listo para usar: viene con todos los componentes necesarios para ser utilizado en un entorno productivo real. Red Hat OpenShift va mucho más allá de Kubernetes: la base de OpenShift es la distribución de Kubernetes certificada y soportada por Red Hat. No es que sea 100% compatible, es que Red Hat OpenShift «es» Kubernetes.
OpenShift: Kubernetes 100% certificado
Al tratarse de un producto empresarial, Red Hat OpenShift tiene todos los componentes que anteriormente hemos comentado que en Kubernetes tenemos que configurar y mantener nosotros individualmente (desde sistema operativo, motor de contenedores, registro de imágenes, ingress, rbac, etc), además de servicios de cluster como la monitorización y agregación de logs, servicios de plataforma, servicios de aplicación y servicios para los desarrolladores como un IDE, herramientas de CI/CD, plantillas, catálogo de servicios, y mucho más.
No debemos olvidar en ningún caso que Red Hat OpenShift es un Kubernetes 100% certificado, un Kubernetes que además es el motor de Red Hat OpenShift. Algo que tiende a pasar desapercibido es esto: Kubernetes es un proyecto, mientras que Red Hat OpenShift es un producto.
Podríamos decir que Kubernetes es el modelo DIY y Red Hat Openshift es el Out-of-the-box.
¿Qué aporta OpenShift sobre la base de Kubernetes?
Entre muchas otras ventajas, Red Hat OpenShift extiende todo el potencial de Kubernetes. Consigue facilitar el día a día de los administradores y desarrolladores, además de ofrecer una interfaz estándar, independientemente del entorno en el que se despliegue. Al ser una plataforma PaaS (Platform as a Service), Red Hat OpenShift simplifica y permite un óptimo despliegue de aplicaciones.
Otra de las ventajas de Red Hat OpenShift es que facilita muchísimo la adopción de prácticas DevOps en los equipos y en el desarrollo de proyectos.
Red Hat OpenShift ofrece una solución completa que incluye un motor estable de Kubernetes con sistemas sólidos de seguridad y todas las funciones integradas de la plataforma.
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Vanessa Galcerà
DevOps Engineer
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Qué aporta OpenShift sobre la base de Kubernetes
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